¿Qué es esto?

Soy un fan español de Harry Potter que quiere hacer un análisis completo de toda la saga del chico de la cicatriz, intentando destacar temas recurrentes, elementos que reaparecerán más adelante o que han aparecido después y cambios producidos en la traducción española de la saga (que no son pocos), además de curiosidades varias, para así algún día llegar a una perspectiva total de todo el universo Potter.

Cada lunes o martes habrá un post nuevo de cada capítulo de la saga analizándolo al detalle, y cuando acabe uno de los libros se hará un análisis de la película correspondiente, también habrá reseñas de la saga de Animales Fantásticos cuando vayan saliendo, así como del libro de El Legado Maldito al terminar la saga.

Asimismo, la primera semana de cada mes postearé una traducción personal de alguno de los textos que Rowling publicó en Pottermore y que ahora han quedado tristemente inaccesibles para los fans que no sepan inglés con la nueva versión. además de algunas aclaraciones sobre juegos de palabras, localizaciones, etc., y curiosidades que a lo mejor no sabíais.

Huelga decir que habrá spoilers a mansalva; si queda alguien en este planeta que no sepa las sorpresas típicos de la serie y no quiera saberlas que no se meta aquí. Queda avisado.

Cualquier comentario o sugerencia es bienvenido; ¡dejad vuestras impresiones tras leer!

lunes, 18 de diciembre de 2017

Capítulo 3: Reencuentros y noticias

En el tercer capítulo de Harry Potter y el misterio del príncipe, Dumbledore acude a Privet Drive para recoger a Harry, y se asegura de dejar las cosas claras por el camino.

Tras dos episodios lejos de nuestro protagonista, volvemos a él donde lo encontramos siempre al iniciar cada libro: en el número 4 de Privet Drive. Han pasado dos semanas y Harry, tras la experiencia del verano pasado, no alberga esperanzas de volver pronto al mundo mágico. Sin embargo, recibe inesperadamente una carta de Dumbledore en la que le comunica que va a ir a recogerle.

A Harry le cuesta creerlo; como he comentado, el verano pasado y los eventos del curso anterior le han dejado hastiado y no tiene ganas de exigir nada, así que cuando surge la oportunidad de marcharse pronto no lo ve como otra cosa que una decepción en camino, o incluso una trampa. Es un poco triste verle así, pero por suerte se equivoca.

Dumbledore, que sabe que no le queda mucho tiempo ya, está decidido a estar con Harry el mayor tiempo posible y a impartirle todo lo que necesita saber, corrigiendo los errores del anterior curso. Así, empieza por presentarse en persona en Privet Drive, para escoltarle él mismo y para consultarle asuntos importantes que requieren de su atención.

Como era de esperar, los Dursley no están nada contentos con tener a Dumbledore, el mago arquetípico por naturaleza, en su casa, y seguramente más de una vez dieron gracias de que no fuera de día. Especialmente Petunia está tensa como nunca, dado lo sucedido en el pasado. Por suerte son más bien ignorados.

Antes de nada, Dumbledore le pide a Harry que actúe respecto a la herencia recibida de Sirius. Es de destacar que el director le trate como un adulto con este asunto, dejándole tomar las decisiones y aconsejándole sólo cuando lo necesita, pero sin presionarle. Creo que Harry lo agradece, a pesar de lo espinoso del asunto.

La situación es grave: cabe la posibilidad de que la propiedad del número doce de Grimmauld Place pase automáticamente a Bellatrix Lestrange, lo que además de ser una ironía de mierda supondría el fin de la casa como cuartel de la Orden del Fénix; Sirius era consciente de esta posibilidad y nombró a Harry su heredero para evitarlo, pero no se sabe si habrá funcionado o no. Ahí entra Kreacher.

Es difícil intentar comprender a Kreacher, dadas las circunstancias, y Harry ni se molesta. Incluso a mí, que sé lo que sucederá después y por lo que ha pasado, me cuesta sentir algún tipo de lástima por el elfo ahora mismo. En fin, la situación es que, aunque Kreacher se ha librado de Sirius como quería, la consecuencia es tener que servir a Harry, a quien también desprecia, y vivir lejos de su querida casa. Que se aguante con eso.

Resueltos los asuntos burocráticos, Dumbledore centra su atención en los Dursley, para pedirles que dejen que el siguiente verano Harry se quede en su casa una vez más, la última, para garantizar su seguridad. Además, les increpa (siempre en su tono cortés, lo que lo hace doblemente potente) por la forma en que le han tratado todos estos años, terminando con soltarles la bomba de que han hecho un trabajo aún peor con Dudley, a quien han mimado tanto que tendrá dificultades para ser una persona decente (dice mucho de él que fue capaz de superar esa fase).

Pero la verdad es que los Dursley no interesan, porque ahora tenemos a Harry y a Dumbledore, listos para viajar a la Madriguera en cuanto hayan resuelto cierto asunto. Veremos qué tal les va.

Observaciones y curiosidades:
  • El título original de este capítulo es Will and Won´t, verbos auxiliares del inglés para el futuro. Por sí solos no significan nada, salvo dar un sentido de futuro positivo y negativo, respectivamente, pero Will también significa "testamento", en referencia al de Sirius, y creando así el juego con los dos significados. En la traducción directamente se inventaron un nuevo título.
  • Un pequeño error de traducción: en la noticia sobre el nombramiento de Scrimgeour se corta cuando van a hablar de Dumbledore: en el original dice "Dumbledore is known to-", que significa que se sabe que Dumbledore hará algo; en la traducción, dicen que todos saben que Dumbledore algo.
  • Dado que la farola frente a la casa se apagó a la llegada de Dumbledore, es muy probable que fuera cosa de su desiluminador. Un detalle hacia los Dursley, la verdad.
  • El comentario de Dumbledore sobre que los agapantos son unas flores preciosas fue añadido por la traducción.
  • Harry se extraña de que Dumbledore considere haber mandado un vociferador a Petunia como cartearse con ella, pero hay más cartas entre ellos de las que conoce, especialmente una cuyo remitente era la propia Petunia.
  • Como es bien sabido, la herida en la mano de Dumbledore se debe a haberse puesto el anillo maldito horrocrux de Voldemort, que también es la Piedra de la Resurrección. 
  • Al final, cuando en la traducción parece que Dudley está pensando cuándo habían maltratado a su primo, en el original parece que esté pensando en algún momento en el que le hubieran maltratado a él, a Dudley.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Capítulo 2: La calle de la Hilandera

En el segundo capítulo de Harry Potter y el misterio del príncipe, Narcisa Malfoy acude a la casa de Snape para pedirle que intervenga en la misión que Voldemort ha encomendado a Draco, poniendo a prueba la lealtad del profesor.

¿Cómo definir este capítulo? Es fácil olvidarlo en una relectura, pero fue aquí cuando la posibilidad de que Snape siguiera siendo un mortífago y hubiera estado engañando a Dumbledore todo este tiempo se hizo viable de verdad. Dio lugar a muchas especulaciones, y buena parte de las discusiones hasta la salida del último tomo trataban de si Snape era bueno, malo, o jugaba a dos bandas.

Vamos a empezar por el principio: el capítulo comienza con Narcisa y Bellatrix viajando a la casa de Snape; Narcisa desea pedirle ayuda, pero Bellatrix sólo la acompaña para intentar disuadir a su hermana, pues no cree que se deba contrariar a Voldemort, que habrá exigido discreción sobre el pan, pero sobre todo no se fía de Snape.

Sus razones para desconfiar son de peso, y son las mismas en las que los miembros del equipo "Snape bueno" se basaban para su postura: su intervención en el asunto de la Piedra Filosofal, que no intentara buscar ni apoyar a Voldemort, que no intentara matar a Harry a pesar de tener oportunidades, etc.

Snape lo sabe, y está claro que tiene preparadas las respuestas a las preguntas de Bellatrix, para así acallar murmuraciones de ella y de otros mortífagos. La pregunta es ¿las tenía preparadas porque es bueno y quiere apartar la vista de él? ¿O las tenía preparadas porque es leal a Voldemort y son las excusas que le dio al regresar, que tenía preparadas para encararse a la ira de su señor? Ambas son posibles, y al igual que le pasa a Bellatrix, el lector primerizo se queda dudoso, aunque no pueda dar argumentos de peso hacia ningún lado.

Una vez finiquitada esa parte Snape vuelve su atención hacia Narcisa: ¿Para qué le necesita? Esa es una buena pregunta que no queda respondida de forma clara en este capítulo; el lector sólo puede deducir que Voldemort ha encomendado a Draco una misión casi imposible, puede que incluso suicida, que no podrá cumplir, para castigar a Lucius. Nos encontramos ante la misma ambigüedad que se daba entre Voldemort y Colagusano al principio de El Cáliz de Fuego, sólo que esta vez hay motivos para ser tan poco hablador.

Bellatrix, desde luego, no quiere hablar con claridad del asunto delante de Snape; Narcisa, aunque sí quiere hacerlo, no es capaz de comentar los detalles por miedo (también es interesante notar que se detiene antes de afirmar que ni Voldemort ha sido capaz de matar a Dumbledore, y tanto Snape como Bellatrix parecen escandalizarse ante la mera sugestión de que su amo sea incapaz de algo o, al menos, de decirlo en voz alta). Sin embargo, las razones de Snape para ser escueto son ambiguas.

¿Realmente conoce los detalles de la misión? Es posible que no sepa nada pero esté actuando para sacar información a las mortífagas, pues no le contarían nada si él reconociese su ignorancia respecto al plan. Observemos cómo Snape comienza siendo vago y según avanza la conversación se va haciendo más detallado. Tampoco aparta la vista de Narcisa en esos momentos, así que puede haber legeremancia de por medio.

En cualquier caso, Snape accede a vigilar y ayudar a Draco en su misión de matar a Dumbledore, y para acallar más dudas se compromete mediante un Juramento Inquebrantable, que trae consigo la pena de muerte en caso de incumplimiento. Desde luego, es una forma de declarar su lealtad a sus supuestos amigos, pero ahora se ha metido en un buen lío.

Este juramento tendrá consecuencias inevitables para todos.

Observaciones y curiosidades:
  • Cuando Bellatrix le dice a Snape que en el pasado Voldemort le ha confiado cosas valiosas para él, puede estar refiriéndose a la copa de Hufflepuff, uno de sus horrocruxes.
  • La herida de Dumbledore a la que se refiere Snape es la sucedida por ponerse el anillo de Sorvolo, embrujado por Voldemort para salvaguardar el horrocrux en su interior.
  • En el original, Snape dice que Voldemort está especialmente furioso con Lucius por el fiasco del Ministerio debido a que él estaba a cargo de la misión.
  • En el original, al testigo del Juramento Inquebrantable se le llama Bonder, que viene a significar "enlazador".

jueves, 7 de diciembre de 2017

La Orden de Merlín

El texto de Pottermore de este mes trata sobre el título que se le da a los magos más sobresalientes de cada generación, como Dumbledore. Veamos qué nos cuenta Rowling:

"La Orden de Merlín (a veces abreviada como O.M.) es entregada por el Wizengamot, una organización anterior al Ministerio de Magia que hoy día funciona como una combinación de corte y parlamento. La Orden como premio consiste en una bella medalla de oro con una cinta de color verde para la primera clase, morado para la segunda y blanca para la tercera.

La Orden de Merlín, que conmemora al mago más famoso de todos los tiempos, se ha estado entregando desde el siglo XV. La leyenda dice que la cinta verde sobre la que cuelga la Orden de primera clase refleja la casa de Hogwarts en la que estuvo Merlín*1*.

La Orden de primera clase se entrega "por actos de sobresaliente valentía y distinción" en la magia, la segunda clase por "éxitos o esfuerzos por encima de lo ordinario" y la tercera clase se entrega a aquellos que "hayan hecho una contribución a nuestro conocimiento o entretenimiento".

Como suele pasar con los premios muy codiciados, los favoritos del Ministerio de Magia tienden a recibir la Orden de Merlín, especialmente de las categorías superiores, más a menudo de lo que uno podría esperar. Mientras que nadie discutió que Albus Dumbledore recibiera su O.M. de primera clase por derrotar al mago oscuro Grindelwald, hubo muchas murmuraciones entre la comunidad mágica cuando Cornelius Fudge, el ministro de magia, se concedió a sí mismo una O.M. de primera clase por una carrera que muchos consideraron menos que distinguida. Otros receptores menos dignos de la clase más elevada de Orden incluyen a Arcturus Black, el abuelo de Sirius Black, que que según se cree ampliamente la compró prestando al Ministerio grandes cantidades de oro".

*1* Esta sería Slytherin, claro.

lunes, 4 de diciembre de 2017

Capítulo 1: El otro ministro

En el primer capítulo de El misterio del príncipe, el ministro muggle de Gran Bretaña recibe una nueva visita de Cornelius Fudge, solo que esta va a ser más importante de lo normal.

Empezamos el sexto libro de la saga con una perspectiva inusual: la del primer ministro muggle, uno de los pocos británicos no mágicos que saben de la existencia de la magia, junto con las familias muggles de magos. Ya sabíamos que el ministro de magia le visita para avisarle para asuntos que puedan afectar a su mundo, pero ahora lo vemos desde la otra perspectiva.

Resulta de lo más interesante ver como el ministro (cuyo nombre no es mencionado, supongo que adrede para evitar comparaciones con el mundo real) va pasando de puro asombro y miedo a incredulidad, temor contenido y finalmente apatía hacia las visitas de Fudge, que cada vez iban siendo más breves y frecuentes.

También podemos apreciar de nuevo el paternalismo que ejercen los magos hacia los muggles: en su primera reunión Fudge se limita a hacerle saber al ministro de la existencia de la magia, los magos y el Ministerio de Magia, que contactará con él en caso de necesidad y poco más, como pensando que no tiene necesidad de explicarse más porque no se van a volver a reunir. En la siguiente reunión, que tiene un objetivo más concreto, tiene que explicarle muchas más cosas, y aún así sólo le cuenta lo mínimo. Las dos siguientes, directamente, son de entrar y salir, para quitárselo de encima y poder decir que le ha informado.

Por otro lado, es interesante el punto de vista de Fudge. El ministro no se ha ganado precisamente a los lectores en La Orden del Fénix, así que no les gustará verle ahora. Tras verse obligado a reconocer el retorno de Voldemort el ministro ha tenido que lidiar contra él y sus huestes, que ya no se molestan en esconderse, y con el pueblo mágico enfurecido por el año de negación que les puede haber costado la victoria. El hombre jovial y confiado de los primeros encuentros con su contraparte es ahora un pobre hombre cansado, pusilánime y destrozado que ha tenido que renunciar al cargo en desgracia, tal como Dumbledore le advirtió que pasaría.

Voldemort se ha mantenido activo en este tiempo, y ya ha comenzado a matar a magos y muggles, tanto enemigos como simplemente víctimas inocentes. Los dementores y los gigantes se han unido a él, y parece que el Ministerio está desbordado. Dadas las circunstancias, es normal que la comunidad mágica decida confiar en un auror con experiencia para dirigirles en estos tiempos difíciles. Así es como hace su debut Rufus Scrimgeour.

Dejando a un lado lo que sucederá después, Scrimgeour aquí parece ser un hombre serio, intimidante y profesional, que no tiene tiempo para una charla banal y que va al grano nada más llegar, tomando medidas razonables para la protección del ministro y asegurándole un canal abierto de comunicación. De momento las cosas no pintan mal del todo para el Ministerio con él a cargo.

Mientras tanto, el pobre ministro muggle trata de seguir el hilo, lo que no es fácil cuando las cosas de las que sí se entera le aterran tanto. Si bien es muy duro saber lo que está pasando, y sabiendo que puedes intentar hacer algo para intentar arreglarlo sin muchas esperanzas, peor aún es saber que no puedes hacer nada y que el pueblo que diriges puede morir por amenazas que no conocen ni entienden y que tú sólo conoces escasamente, lo justo para saber que no puedes hacer nada contra ellas.

Ahora más que nunca, estamos en guerra.

El texto de Pottermore de diciembre será sobre la Orden de Merlín, y se publicará en los días próximos. ¡Nos vemos!

Observaciones y curiosidades:
  • El título del episodio resulta interesante por funcionar a tres niveles: para nosotros el ministro muggle presentado en este capítulo es el otro ministro, pero para él Fudge es el otro ministro, y así lo llama él; además, se presenta al nuevo ministro de magia, Rufus Scrimgeour.
  • Dado que también se le compara con un sapo, se rumorea que el hombre del cuadro del ministro está relacionado con Umbridge. Que yo sepa no se ha confirmado ni desmentido.
  • En el original el ministro muggle toca la madera de su escritorio cuando piensa que en sus departamentos no se ha cometido ningún asesinato por el momento, como si tocara madera para que no suceda. En la traducción el gesto se pasa a su siguiente intervención, cuando pregunta a Fudge si no está exagerando, con lo que se pierde ese sentido.
  • Fudge tantea la posibilidad de que Dumbledore convenza a Harry para algo: como veremos, se trata de intentar que el chico apoye públicamente al Ministerio para ganar apoyo, estrategia que Scrimgeour seguirá.